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La biblioteca clandestina para mujeres afganas que reta a la tiranía talibana


Las estanterías llenas de libros y una mesa en un sótano bajo las ajetreadas calles de Kabul, en Afganistán, se han convertido en un arma contra la opresión de la tiranía talibana, una biblioteca clandestina para las mujeres afganas que no acuden a la escuela por el veto islamista.


Los cientos de libros que llenan la biblioteca viajaron de mano en mano de forma clandestina esquivando los controles del Gobierno de los talibanes que, tras su toma de poder hace un año, prohibieron la apertura de las escuelas secundarias para mujeres. El veto se hizo oficial el pasado 18 de septiembre, cuando después del parón escolar por la inestabilidad desencadenada por la victoria islamista y la retirada apresurada de las tropas estadounidenses, solo se prohibió el regreso al colegio a las estudiantes de secundaria, mientras sus compañeros volvían a clase.


Decenas de mujeres salieron a las calles a protestar a pesar de las represalias de los islamistas, con la detención incluso de algunas de ellas, incomunicadas y bajo tortura, pero ante la falta de resultados optaron por un cambio de estrategia. “Decidimos hacer algo por nosotras mismas en lugar de esperar a que la comunidad internacional u otro organismo hiciera algo por nuestros derechos. Hemos abierto una biblioteca”, contó a la agencia Efe la líder del Movimiento Espontáneo de Mujeres de Afganistán, Zholia Parsi.

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